Angel Cea Fernández, autor, ilustrador y editor de las Crónicas de Kreisau
Mi nombre es Angel Cea, vivo en Alcalá de Guadaíra, Sevilla, y me congratula presentarme como un nuevo autor de novelas de fantasía y ciencia ficción en España. Como la mayoría de los jóvenes de mi generación, he crecido entre grandes sagas e increíbles historias, cómo la mítica trilogía de El señor de los anillos, que desafían a la imaginación de cualquier niño. Ahora, son mis referencias y un ejemplo a seguir, mi principal motivación para embarcarme en este ambicioso proyecto literario.
Mis orígenes
Durante mis primeros años me sumergí de lleno en el mundo de los animales, nutriéndome de decenas de enciclopedias que mis padres traían cada mes. Observaba cada animal con admiración, preguntándome como la naturaleza había podido ser tan original y creativa, como cada especie tenía su propia identidad, su propia forma de ser y adaptarse a su entorno.
Desde entonces, siempre he sido un gran amante de los animales y la naturaleza, siendo capaz de diferenciar cientos de especies de memoria sin pestañear. Esta es una de mis facetas de las que mas orgulloso estoy.
Luego…, llegaron los dinosaurios
Este sentimiento, no solo perduró hasta ahora, sino que me impulsó a mirar más allá con el paso de los años. Cuando vi por primera vez, con apenas siete años, Jurasic Park descubrí lo fascinante que podían llegar a ser los dinosaurios, y comprendí que las posibilidades eran infinitas. Compaginé enciclopedias de Nathional Geographic con extensos libros sobre dinosaurios. Me asombraban que seres gigantes y escamados, con dientes del tamaño de una persona, caminaran antaño por la tierra, en una época tan desconocida como increíble.
Cine y dragones
Con el tiempo me enamoré de la fantasía y la ciencia ficción, de la mano del séptimo arte, del cual me considero un férreo defensor. Corazón de Dragón, Willow, El Señor de los Anillos… Es imposible no caer preso la magia que envuelve estas grandes historias, especialmente cuando las disfrutas por primera vez. Como una esponja, absorbía cada historia que veía. Me gustaba sumergirme en esos mundos y explorar las infinitas oportunidades que estos ofrecen. Descubrí muy temprano una nueva forma de crear y aprender sin límites. Los dragones o wyverns fueron mi talón de Aquiles, prendado de la belleza de estas criaturas, que pronto se convirtieron en los protagonistas de mis mundos. Aquí puedes descubrir que es un wyvern.

Construcción e imaginación
Cada año, pedía en la carta de reyes castillos de Lego y MegaBlocks para poder hacer tangible los mundos que invadían mi cabeza. Durante muchos años, sirvieron para canalizar una insaciable creatividad que buscaba salir fuera. Llegué a llenar varias cajas de piezas de bloque y dragones de plástico que, cada día después de comer, luchaban entre sí en apasionantes gestas. (A veces incluso llegaron a invadir el mismísimo portal de Belén)
El dibujo cómo medio para crear.

Desde muy pequeño, ya dibujaba todo lo que me gustaba, era la forma de tener presente aquello que me encantaba. Me sería imposible recordar cuantos dibujos de dragones hice durante las largas horas de clase, o cuantos caballeros de lustrosas armaduras adornaban las esquinas de mis libros de texto.
Inicios en las novelas de fantasía
En un principio la lectura de novelas no me atraía, los pocos libros que había leído me resultaban densos y vacíos, normalmente los leía obligados por los profesores. Pero un buen día mis padres me regalaron un libro que me hizo cambiar de opinión: Las Crónicas de la Dragolance, El retorno de los Dragones. En ese momento descubrí una nueva forma de seguir alimentando a mi inquieta mente, pues no sólo encontré emocionantes novelas de fantasía, ya que con el paso de los años buscaba más formas de pensamiento. Buscaba ideas que me hicieran pensar de verdad, como por ejemplo encontré en las líneas de Un mundo feliz, que me abrió a una nueva forma de crear mundos de fantasía y me ayudó a comprender la importancia de la naturaleza humana en todos ellos.
Videojuegos
Con doce años me compraron mi primer ordenador, descubriendo así los juegos de rol como Sacred, o los de estrategia como Tzar o Imperium. Los videojuegos conformaron una nueva forma de dar rienda suelta a mi imaginación. Las nuevas tecnologías ofrecían una infinidad de posibilidades, llegando a pasar largas tardes frente a los editores de mapa, donde creaba épicas batallas con grandes héroes. A día de hoy sigo disfrutando de los videojuegos, sin pudor a rejugar por añoranza algún titulo del pasado.
La magia de la ciencia
Como para todos, la adolescencia fue un alocado tramo, una extraña transición de lo que crees que eres, a lo que serás de verdad. Los mundos fantásticos jamás desaparecieron de mi mente, a pesar de que la realidad me obligaba a ignorarlos y mirar hacia el futuro. Hice el bachillerato científico, a pesar de que me encantaba dibujar y crear historias, pero la ciencia siempre ha sido otra de mis debilidades. Es como la fantasía perfecta, la realidad pura que ayuda a entender verdaderamente el mundo, y que no puede ser ignorada. Por ello, nunca me arrepentiré de mi paso por la ciencia, que me ha regalado una voraz curiosidad que me ayuda a seguir avanzando y expandiendo mi conocimiento.
Formación hasta poder acabar la obra
Estuve algunos años en la universidad, buscando con frustración mi objetivo, tratando de amoldar lo que de verdad quería a lo que se me ofrecía. Finalmente, decidí ser honesto conmigo mismo, y me senté a pensar. Sólo podía recordar lo mucho que me gustaba crear historias…, había tantas en mi cabeza, y habían madurado conmigo a lo largo de los años.
Entonces, descubrí que no debía ocultarlas, quería mostrar estas historias, y que más gente como yo disfrutase del infinito mundo de la fantasía. Así pues, decidí forjar mi propio camino y comencé a escribir Las Crónicas de Kreisau: la nueva Era, el primer tomo de una espectacular saga de fantasía.
3D, producción e ilustración, un nuevo paso para fortalecer el proyecto CdK
Me formé durante dos años en diferentes softwares de dibujo, producción, animación 3D…, y cuando acabé, retomé lo que ya había escrito. Pero esta vez, sabía lo que tenía que hacer. Cuidando los detalles, dibujando con cariño y mucha paciencia lo que debía ver el lector. Maquetando durante largas noches para conseguir un resultado estético y profesional… estaba logrando algo, las Crónicas de Kreisau eran reales, y estaban listas para salir al mundo.
Un largo camino, lleno de trabajo
Tras días y noches de duro trabajo, con la compañía de mis tres voraces tortugas, Krosis, Maximiliam y Gamera, y el pequeño Atila, un gecko leopardo más conocido como el niño burbuja, me han acompañado durante todo este viaje hasta finalizar la obra, y a pesar de sus indiferentes miradas, han servido de inspiración en muchas de mis páginas, siendo como pequeños dragones para mí.
Un proyecto que llega su fin, para dar comienzo
Ha sido un largo camino, pero finalmente Crónicas de Kreisau ha visto la luz. Con cada día que pase, este proyecto seguirá creciendo, con todo lo aprendido y lo que aún queda. En cronicasdekreisau.com no solo encontrarás los libros de esta saga, podrás seguir mi trayectoria como autor a través de mi blog. Además, si te gusta el mundo que envuelve a las Crónicas de Kreisau, podrás saber más accediendo a contenido exclusivo y gratuito:
Concilio de Masphreus. Relatos de investigadores, exploradores, filósofos… La ciencia es algo misterioso en las Crónicas de Kreisau, y son muchos los eruditos que buscan el conocimiento.
Origen de Eune. Un pasado envuelto en mitos, dioses, dragones, demonios y terribles catástrofes. Todo esto, aún resuena en las ruinas que cubren el mundo de Eune.
Historias y leyendas de Duania. Pueblos, imperios, mercenarios…, la historia de Duania es larga y compleja. Descubre las leyendas sobre héroes, reyes, asesinos… que han forjado la civilización.
Todo esto, a tu disposición tras registrarte de forma gratuita y sin compromisos aquí.
Así pues, agradecerte a ti, querido lector, que has decidido embarcarte en esta aventura que no te dejará indiferente…
Escritor. ilustrador y editor Angel Cea Fernández.